13 diciembre 2017

Camino a conocerte,
entre el frío ruido
y el concreto implacable.

Soy parte ínfima
de un caudal monstruoso;
el caudal
me parece imponente,
y aunque intento ser férreo,
siempre siento temor.

Eres una voz en la bocina.
Una imagen muerta en la pantalla.

Hay cientos de imágenes muertas entre el concreto.

Llego.
Abres.
Te miro.
Por primera vez.
Y mis adentros despiertan.

Eres una voz.
Una persona.
Vives.

Tu casa es de silencio cálido
y el concreto que la rodea dejó de ser frío,
un dibujo con lápiz que alguien convirtió en pintura.

Hay una tensa armonía
que no debemos dislocar,
salvo con miradas,
a veces curiosas,
que intentan regresar a su lugar con la velocidad de la luz,
pero una pequeña parte queda en uno y otro. 

Decimos adiós.
Me voy, pero sigo ahí.
Un hilo se extiende entre nosotros.

Es más fácil caminar.

Mi cuerpo sabe algo que yo no.
El tuyo, también.

26 septiembre 2013

Deseo

Mucho tiempo pensé que debía protegerte,
que si el mundo caía, debía cubrirte.

Ahora se que seguirás de pie entre las ruinas,
serás una estatua orgullosa. 

Una estatua que podría admirar por suaves y largas horas.

Me juré a mi mismo que nunca te haría llorar.
Ahora se que nunca debo jurar;
y no puedo jurarme a mi mismo que volveré
a secar las lágrimas que saqué de tus ojos,
a hacerte sonreír y conservar tu risa en mis memorias,
a pasear furtivamente bajo la lluvia
o caminar kilómetros mientras te cuento historias.

Ahora entiendo que un juramento no es un deseo.

Pero puedo contarte mi deseo máximo:
Reencontrarnos,
como dos entes extraños que reencarnan
y bajo el opaco adormecimiento de un amor,
hacer lo que debí hacer, lo que deseé hacer:
besarte larga y tiernamente,
y sellar el destino de todas nuestras vidas. 


18 julio 2013

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Según la tradición de construcción del mito, el héroe debe aceptar su destino. No lo acepta desde el principio.
Debe dudar.

Debe temer.

Según la ficción, nada más.  Según la ficción.

Nada más.

03 julio 2013

Seré

La serotonina en tu cerebro,
la arritima en tu corazón,
tus pupilas dilatadas,
el LSD en tu lengua,
el vigor en tu baile,
la suavidad en tus manos,
la humedad en tus labios,
la sonrisa en tu rostro,
el gemido de tu placer.