21 febrero 2010

Todavía Crees en Mí

Tu aroma ya no es como antes,
tu color empalideció,
pero después de lo que nos pasó,
todavía crees en mí.

Después de todo lo que hicimos,
lo que hicimos después de eso,
lo que pudimos hacer
y lo que nunca pensamos hacernos.
Después de todo lo que te hice,
todavía crees en mí.

Tus ojos ya no son tan azules,
tu boca no se siente tan suave,
y después de lo que me hiciste,
yo ya no creo en ti,
aunque desearía creer.

¿Todavía crees en mí?

14 febrero 2010

Sueño 3.1

Era una fiesta bajo el cielo sereno, sobre los pastos, sin neblina y sin angustias.
Sentía joven espíritu. En mis sueños me siento así, como un niño de trece años.

Sonrío mucho en mis sueños.
Te sonreía, sentado desde la teja. Ponía la piñata con mi amigo, mientras tu hacías la fogata.
Uno de los imbéciles se te acercaba, yo lo veía detrás de ti, le gruñí desde lejos y se te alejó.

Te volviste a mí, me sonreíste de vuelta, dándome las gracias. 
Yo te daba las gracias por estar ahí, después de años ausentes.

Tú aprendiste a odiar a los imbéciles. 
Yo aprendí a odiar a las que no sonríen.

Eras la última, volé hacia ti, aterricé.
Te besé los labios... después ya no estábamos ahí.

Sin imbéciles ni bobas.
Y en el cielo sereno, vivimos sobre ellos, como los vientos caprichosos.

10 febrero 2010

La Última Mujer en el País

Eres la última que queda,

mujer mexicana,

eres la última mujer en tu país.

La primera,

cara de risa, mente pequeña.

Besos pequeños; Ni dulces, ni agrios.

La segunda,

me vio caer, a mí y a varios.

Solo uno quedó de pie, aprendió de él.

La tercera,

juego de niños, con fuego.

No pude seguir jugando, aunque ella quería hacerlo.

La cuarta,

casi nunca hablo de ella.

La quinta,

bandera de niña, corazón tonto. Anarquista.

Me hubiera lastimado, si quedara algo que lastimar.

Estoy listo para ti, mujer mexicana,

eres impredecible, pero sabemos que esperar,

para nuestro goce y gusto,

eres la última mujer en el país.

Ven. Espera nuestra aventura, nuestro episodio.

En nuestro país creado de éxtasis.

02 febrero 2010

Peleador

Está tirado en el piso, cree que su rostro está cubierto de sangre, puede sentirlo.

El hombre frente a él solo tiene los nudillos rojos, inflamados.

Y va a levantarse.

                                                                                                        (---Gracias K)