Qué emoción,
reencontrarte bajo el blanco de los cielos,
qué emoción,
en el silencio de esta tarde ventosa.
He tenido entre mis manos,
tu cabello, antes largo, erizado,
mis dedos sobre tus débiles piernas,
y tus labios muy abiertos contra los míos.
Ahora no doy un paso, y no das el otro,
tus caderas son lisas,
tu cara es suave,
tus brazos y piernas son fuertes,
y tu risa sabe agridulce.
Qué emoción,
ya no saber si eres aliada o villana.
2 comentarios:
¿Cómo puedo pedirle más detalles? Gran post necesidad de saber más ...
Me gusta el remate, maestro. Bien.
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