14 marzo 2011

Verdad tras Imagen

Asustado en mi islote gris,
volaron todas mis aves,
escuché un estruendo,
rocíaron lluvia negra sobre mí,
no limpiaron la escoria,
inútil, lo anhelaba.

Cálida, en la otra costa,
apareció una figura;
un Sol, de rayos azules,
rosas y rubios.

Nubes grises lo cubrieron,
lo alejaron de mi vista.
Todo se volvió noche,
yo estaba muy quieto,
solo y digno.

No lloro,
siento un digno odio.

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