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Hoy fui a ver "The Limits of Control" de Jim Jarmusch a Galerías, una gran película que me dio
muchas ideas, pero lo más importante fue el hecho mismo de haber ido a la plaza.
Esos lugares son como grandes escenarios, como dice mi papá, y estoy de acuerdo con él.
Todo es limpio, brillante, ordenado, bien acomodado y diseñado, todo parece ser de plástico, todo
parece ser artificial, hecho para la falsa felicidad, el ludismo y la "ceguera pragmática" de los que van.
Es un mundo pequeño en donde la apariencia exterior solamente nos da sonrisas. Anti-naturales, excesivamente bonito, tanto así que es feo y causa miedo en mí darme cuenta del escenario en que mucha gente puede vivir, sin darse cuenta de su alrededor.
Este es el mundo en el que vive nuestro personaje principal.
Simétrico, teatral diseñado, bonito, colorido, plástico, artificial.
La gente que vive aquí cree ser feliz, sin embargo, algunos cuantos descubren que no es así, cuando se les abren los ojos, al descubrir lo que hay más allá de su "visión pragmática", similar al mito religioso de Buda, en el que sale de su encierro y siente una nueva e inexplicable necesidad de ayudar a mejorar el mundo y relacionarse con la gente "inferior" a él, que sufre.
Esto es lo que desarrolla y siente nuestro personaje principal en el cortometraje, de forma muy contenida.
Durante este viaje hay curiosidad, temor a lo desconocido, que le rodea, a medida que lo conoce, va acostumbrándose y deja de temerle.
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El diseño estético y narrativo debe tener este estilo y progresión.
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1 comentario:
Ya lo quiero ver :)
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