15 marzo 2010

D.F. 2

Nos levantamos a las 9, es domingo y no hubo trabajo, así que decidimos ir al zoológico.

No fuimos al zoológico de Chapultepec, porque la novia de Teby, Aliosha, no quería ir, ya que
decía que estaba lleno de chilangos, además, estaba enferma y el zoológico de Aragón le quedaba más
cerca de su casa.
Todos mandileamos junto con Teby y fuimos a ese zoológico...
Para llegar, tuvimos que tomar dos líneas de metro y un taxi, la novia de Teby llegó tarde.

El día anterior había prometido llevar unas chavas para que acompañaran. No cumplió, pero llevó a su mamá
para que cotorreara con mi jefe.

Atravesamos uno de esos gigantescos y horribles parques chilangos para llegar al zoológico Aragón.

Se me ocurrió en la mañana que podrían salir cosas buenas para el documental, así que el Koma cargó la cámara en sus mochila todo el día, pobre Koma, en realidad no usamos la cámara.
Cuando revisaron la mochila en la entrada, no nos dejaron entrar con nuestra cámara de video.
Discutí con el vigilante, después, fui a la cabina de Dirección de Seguridad, que estaba estúpidamente atrás del zoológico, en una de esas manzanas gigantescas y horribles del D.F., un gordo con cara de estúpido, que era el director de Seguridad del zoológico, no nos dejó entrar.
Hay tres formas de hacer las cosas: La Buena, La Legal y La Mañosa.
Al haber agotado las primeras dos, optamos por la tercera.

El guardia de la entrada nos dijo "Pues quítele el enfoque y nada más quédese con la cámara"
Yo le dije que lo me dijo no tenía sentido, pero cuando volvimos de la caseta de Seguridad, hice que lo adquiriera.
Koma le quitó el parasol a la cámara mientras, desde el otro lado de la puerta, mi padre le armaba pleito a un guardia  todos los demás gritaban.
Cuando los dos guardias que estaban no pudieron con el stress, le mostré la cámara y le dije "Pos ya le quité el enfoque", al ver esto, me dejó pasar.
La ignorancia es mala, pero si la usas a tu favor, hace el paro.

El zoológico no era nada impresionante y decidimos ir al cine.
Es aquí donde te exhorto lector, a unirte al nuevo grupo que abriré en internet "Mexicanos unidos contra Cinemex"
Vimos "Shutter Island", buenísima película de Martin Scorsese... a algún idiota se le ocurrió entrar con un bebé a la sala, y ponerse justo detrás de mí. A algún idiota se le ocurrió vender ese boleto y dejar entrar a ese bebé a la sala. A algún otro idiota no se le ocurrió corregir el foco de la proyección y a algún último idiota no se le ocurrió dar aviso de la mala proyección de la película, siendo que al parecer, hacen guardia cada 20 minutos.
Como la película estaba buena, no quise dejar de verla, pero estaba muy molesto.

Pedí hablar con un gerente, para ello tuve que explicar que quería decir.
Le expliqué al gerente, con agresividad natural, mi problema, pedí un reembolso de mi dinero o un nuevo boleto para esa película. El gerente me explicó que yo era el que tenía la culpa por no haber dado aviso durante la película, aclaré que ellos eran los de a culpa por no tener el sentido común de pensar que un bebé lloraría y molestaría en la película.

Le dije al gerente si podía hablar con alguien más arriba que él, "alguien mas inteligente que él".
El me contestó que, de hecho, si había alguien mas inteligente que él. Su supervisora.

Hablé con ella mientras un gorila se me acercaba, no se para qué. Se parecía  Michael Clarke Duncan, pero con voz de pito.
Después de mucho discutir no obtuve nada, pero al menos le dije incompetente a toda su gente y les dije que les podía arreglar el foco a sus proyectores.
También aprendí que bebés, por ley cinematográfica, pueden entrar a películas B-15.

Cada vez que voy a Cinemex lo odió mas que la vez anterior. (Por cierto, ellos cancelaron el FICCO)

Tomamos el metro para regresar, cenamos y le dimos una leída al guión.
La leída seguirá mañana por la mañana porque papá ya está cansado, duerme plácidamente y ronca en la cama de junto.
Ya está grande mi papá, tengo la responsabilidad de cuidarlo como él me cuido de niño.

1 comentario:

Catriela Soleri dijo...

Los bebés deberían de tener botón de encendido, y apagado.

La verdad, yo prefiero no quejarme de esas cosas, en los cines. Porque la gente nunca va a cambiar.Y cuando la situación es insoportable, les digo directamente, a quienes me están molestando, que se callen.