18 julio 2009

La Silente Oscuridad

Escuché los sonidos de nuevo y desperté horrorizado.
Jadeando, sediento, sudando, con el corazón agitado.

Respiré suavemente.

Volvió a mí el silente vacío... oscuro.

Poco a poco, segundo a segundo, me sentí atrapado, asfixiado.
La oscuridad tomó formas, se acercaban a mí.
Aprisionándome, atormentándome, reclamándome.

Los sonidos volvieron.
Eran gritos de horror, ensordecedores.
Gritos de muerte, ira y violencia.
Gritos de placer.

Me amenazaban, mientras mataban, consumían, devoraban...

La silente oscuridad desapareció.

Entonces entendí.

Eran los sonidos de la creación.

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